Se armó fríamente de un tosco rifle del calibre 35 y perpetuó el sangriento asesinato en el 112 de Ocean Avenue. Según el informe oficial de las investigaciones: “Los crímenes presentaban algunas peculiaridades que indicaban rasgos sádicos solo explicables en una mente enferma. La familia había sido previamente narcotizada en la víspera, lo que garantizó al asesino el sueño profundo de sus víctimas para poder llevar a cabo sus deseos mas oscuros. Todos dormían de bruces, con las cabezas apoyadas sobre los brazos cruzados. Todos habían sido fusilados con un arma potentísima, por la espalda, excepto la madre, que recibió un disparo en la cabeza pudiéndose observar todos sus sesos desparramados sobre la cama”.
El juicio se efectuó el 22 de septiembre de 1975. Fue condenado a seis penas consecutivas de encarcelamiento y a cadena perpetua. DeFeo en su defensa alego que él no había cometido esos asesinatos, fué el diablo quien le hizo matar a su familia. Los especialistas lo entendieron como que el sujeto padecía algún tipo de trastorno y debía ser tratado por los especialistas.
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