Como se sabe en la cultura oriental, esta banda criminal lucen en sus cuerpos tatuajes por centímetro cuadrado.Por sus manos han pasado cientos de pieles que almacena enmarcadas, tratándolas como obras de arte, las expone en marcos como si de fotografías se tratasen, en este caso es una colección bizarra de dermis extirpadas con total profesionalidad para su propia satisfacción.
Médico de profesión, comenzó a interesarse por los tatuajes cuando supo que la tinta inyectada en la piel acababa con las lesiones dérmicas provocadas por la sífilis.
A su vez, mostró interés por el ‘irezumi’, el arte japonés de tatuar. Terminó acudiendo a autopsias en las que extraía trozos de piel de los cadáveres tatuados.
El catálogo incluye 2.000 tatuajes y 3.000 fotos. Estas, por desgracia, se perdieron durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de todos los años pasados, muchos de esos tatuajes han llegado todavía hasta nuestros días. ¿Cómo? Masaichi los guardó en un refugio antiaéreo a comienzos de los años 40. De esta manera pudieron sobrevivir al conflicto bélico. Años antes, en un viaje académico por Estados Unidos, un camión lleno de ellos desapareció en Chicago y nunca más se volvió a saber de ellos.
A su vez, mostró interés por el ‘irezumi’, el arte japonés de tatuar. Terminó acudiendo a autopsias en las que extraía trozos de piel de los cadáveres tatuados.
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